“Mayordomo fiel, justo y sabio”Para los miembros de la Iglesia en la década de 1830, congregar a los santos y edificar la ciudad de Sion eran labores tanto espirituales como temporales, con muchos asuntos prácticos que atender: se requería que alguien comprara tierras donde los santos pudieran establecerse; era necesario que alguien imprimiera libros y otras publicaciones; y se necesitaba que alguien administrara una tienda a fin de proveer bienes para las personas de Sion. En las revelaciones registradas en Doctrina y Convenios 51– 57, el Señor designó e instruyó a algunas personas para que se encargaran de esas tareas.Si bien las habilidades en tales cosas son necesarias en Sion, esas revelaciones también enseñan que el Señor desea que Sus santos lleguen a ser espiritualmente dignos de ser llamados el pueblo de Sion: Su pueblo. Nos llama a todos a ser un “mayordomo fiel, justo y sabio”, teniendo un corazón contrito, “permanec[iendo] firme[s]” en nuestras responsabilidades señaladas (véanse Doctrina y Convenios 51:19; 52:15; 54:2). Si podemos hacerlo, sin importar cuáles sean nuestras habilidades temporales, el Señor puede valerse de nosotros para edificar Sion.