La Iglesia creció rápidamente en 1830 y 1831, en particular gracias a una gran cantidad de nuevos miembros en Kirtland, Ohio. Este crecimiento fue emocionante y alentador para los santos, pero también trajo algunos desafíos. ¿Cómo se unifica un grupo de creyentes en rápida expansión? Específicamente, ¿qué haces cuando ellos traen doctrina y prácticas de sus religiones anteriores? Por ejemplo, cuando José Smith llegó a Kirtland a principios de febrero de 1831, encontró a miembros nuevos que compartían una propiedad en común con la intención genuina de imitar a los cristianos del Nuevo Testamento (véase Hechos 4:32–37). El Señor hizo algunas correcciones y aclaraciones importantes sobre ese y otros temas. Lo hizo en gran parte mediante una revelación registrada en Doctrina y Convenios 42, la cual Él llamó “mi ley, para gobernar mi iglesia” (versículo 59). En esa revelación, descubrimos verdades que son fundamentales para establecer la Iglesia del Señor en los últimos días. También descubrimos que nos queda mucho por aprender: “Si pides”, prometió el Señor, “recibirás revelación tras revelación, conocimiento sobre conocimiento” (Doctrina y Convenios 42:61).Véase también Santos, tomo I, págs. 116–121.