¿Y si me gusta demasiado? ¿Significa que soy gay? ¿Me convierte en “menos hombre”? ¿Está mal? Estas son preguntas que escucho cada vez más en consultorio cuando hablamos del cuerpo y el placer en las masculinidades. No es una duda aislada ni anecdótica: forma parte de un entramado cultural donde el goce masculino está estrictamente regulado, la heterosexualidad es obligatoria y cualquier práctica que ponga en juego la vulnerabilidad del varón cis en una zona erógena asociada históricamente a lo "femenino", lo "pasivo" o "lo gay", es rápidamente expulsada del campo de lo aceptable.Todos los miércoles, a las 8.20 am les espero en mi columna para hablar de sexualidad, vínculos y sexoafectividad en @notifyok, por @gambaonline @soniderafm Pueden encontrarme en Instagram como @lic.noeliabenedetto https://www.instagram.com/p/Cfq_p9jLuqy/?igshid=YmMyMTA2M2Y=