
En este primer capítulo, Santa Claus inaugura oficialmente la temporada navideña desde el Polo Norte con una transmisión especial cargada de humor, calidez y ese toque inconfundible de caos encantador que provoca el duende y sus inventos experimentales. El episodio abre con la prueba del “Organizador Automático de Cartas Navideñas”, un aparato tan ingenioso como impredecible, que termina dejando al taller lleno de sobres en el techo mientras ambos personajes comentan con naturalidad lo que ocurre en su ajetreada jornada. Entre risas y anécdotas del día, Santa comparte además una carta curiosa llegada desde el sur del mundo, revelando esa ternura sencilla que caracteriza a la Navidad más auténtica.
El programa avanza entre historias del taller, la inesperada travesura de un reno que acaba envuelto como regalo gigante, villancicos seleccionados especialmente para abrir el mes de diciembre y una reflexión que invita a recordar que la magia navideña vive en los gestos pequeños, en las risas espontáneas y en el cariño que se comparte. Con el duende intentando no equivocarse en los botones y Santa despidiéndose con su energía clásica, este capítulo marca el inicio perfecto para una serie llena de encanto, cercanía y espíritu festivo.