La noticia sobre el nacimiento de un hijo con discapacidad desata un efecto movilizador a partir del conocimiento de la misma, generalmente la familia ante este hecho desconoce sus propios recursos y pone en tela de juicio la capacidad del sistema familiar para reconsiderar las posibilidades para adaptarse o no a esta nueva situación. El hecho se percibe como algo inesperado, extraño, que rompe las expectativas sobre el hijo o la hija deseados conduciendo al desencanto y al desencuentro del sistema; este primer momento suele ser devastador, ante la evidencia o posibilidad de la discapacidad, pareciera que el futuro de la familia se detuviera ante esta amenaza. Los problemas familiares que se presentan después de conocer la noticia de la discapacidad evidente, se dan en todos los miembros de la familia, la madre y el padre manifiestan sentimientos de inseguridad, desorientación y culpa, dificultades para la toma de decisiones, falta de colaboración de los demás miembros de la familia, carencia o exceso de atención sobre el niño o niña con discapacidad, dificultades en el trabajo, económicos, etc., entre los hermanos se observan conductas agresivas, problemas escolares, sentimientos de abandono, padecimientos psicosomáticos, apatía o sobre involucramiento con la condición del hermano en cuestión.(Espina, Pumar y Garrido 1995),. Con respecto a la persona con discapacidad, es común encontrar conductas agresivas impulsivas, enojo frustración, falta de interés, dificultades en el cumplimiento de las metas terapéuticas.