La imagen de una España atrapada en la sequía se ha vuelto cada vez más habitual. Las previsiones climáticas apuntan a olas de calor y sequías más intensas y con mayor frecuencia como estamos viendo, que harán cada vez más difícil garantizar suficiente agua, incluso para las personas, siendo ya real la amenaza de restricciones en comunidades como Catalunya o Andalucía, entre otras. Las perspectivas no son muy halagüeñas si tenemos en cuenta que con el cambio climático los periodos secos serán cada vez más largos e intensos.
Sin embargo, en tiempos de escasez de lluvias como los que atravesamos, es un tema recurrente culpar de la falta de precipitaciones a supuestas avionetas antilluvia. No faltan personas que miran al cielo y sorprenden estelas dibujadas entre las nubes en días encapotados que no dejan ni una sola de agua. Incluso existen asociaciones cuya finalidad es combatir a esos presuntos agentes encargados de disolver nubes o sembrar el aire de sustancias dispersadas para “fumigarnos”. Es la vieja teoría de la conspiración de los “chemtrails” o estelas químicas.
¿Qué hay de cierto en ella? ¿Puede una avioneta o muchas hacer desaparecer una nube que contiene cientos de miles de toneladas de agua? ¿O por el contrario, se puede intensificar la precipitación dispersando yoduro de plata en las nubes? ¿Qué consecuencias tienen esas estelas sobre el medio ambiente? Respondemos a estas y otras preguntas hoy, en Hora Verde, con un especialista, el científico Juan Esteban Palenzuela -licenciado en Física y en Ciencias y Técnicas Estadísticas, además de meteorólogo del Estado desde 1991 y, en la actualidad, delegado de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) en la Región de Murcia.