En “La ministración de la cueva”, enseñamos que ante Dios nada está oculto y debemos presentarnos con un corazón sincero.A través de ejemplos bíblicos como: David, Saúl, Sansón, Lot, Elías, Lázaro y Jesús; mostramos como la cueva representa un lugar de confrontación, limpieza, formación y restauración.Dios usa nuestras “cuevas” para transformarnos, sanarnos y acercarnos a su propósito eterno.