En ”El Aroma de la Casa”, enseñamos que María ungió a Jesús con nardo puro, llenando la casa de fragancia, que es un símbolo de adoración.Encontramos pasajes bíblicos en el libro de Cantares que explican siete aromas espirituales: el nardo (agradar), las vides (nueva estación), la mirra (sanar heridas), los ungüentos (unción), los vestidos (incorrupción), la manzana (fuego del Espíritu) y mandrágoras (preparación del amor).Cada fragancia representa una transformación espiritual necesaria para que nuestra casa sea un lugar que agrade a Dios.