Para esos tiempos, una persona no se consideraba adulta sino hasta después de los cuarenta años. Como quiera que haya sido, a los oídos de Pablo llegó alguna queja que Timoteo era muy joven para ser pastor, y por esta razón lo anima a seguir adelante con el ministerio que se le había encomendado, dándole las sugerencias condensadas en 1 Timoteo 4:12