El conflicto felino no se ha resuelto, ahora las acusaciones son de envenenamiento, nada de eso fue cierto, nadie odia a los felinos, solo pienso que aún los techos de nuestras casas, en barrios, villas y poblaciones de nuestro largurucho país y el salpicón de islas que somos, aún los techos tienen fecas felinas, que se secarán bajo el intenso sol, que está pronto por llegar, en un breve tiempo