Ignorada en su época por ser "demasiado simple", hoy su defecto es su mayor virtud: la belleza silenciosa de lo ordinario. Stoner no tiene grandes giros, ni hazañas, ni revelaciones. Tiene algo más raro y difícil: una vida común narrada con una honestidad brutal. Una obra profundamente conmovedora sobre lo que significa vivir con integridad, aun cuando nadie parece estar mirando.