La vida es un proceso de constante transformación. No somos la misma persona que ayer, y eso no nos hace incoherentes, nos hace humanos. Aferrarse al pasado es encadenarse a una versión de uno mismo que ya no existe. Tienes el derecho de reescribirte, de evolucionar, de ser una versión más auténtica y consciente de ti mismo. No le debes explicaciones a nadie, solo a ti. Lo importante no es cómo te recuerdan los demás, sino cómo te sientes contigo mismo.