< Romanos 15

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[1] Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos.
[2] Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación.
[3] Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí.
[4] Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.
[5] Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús,
[6] para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
[7] Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios.
[8] Pues os digo, que Cristo Jesús vino a ser siervo de la circuncisión para mostrar la verdad de Dios, para confirmar las promesas hechas a los padres,
[9] y para que los gentiles glorifiquen a Dios por su misericordia, como está escrito: Por tanto, yo te confesaré entre los gentiles, Y cantaré a tu nombre.
[10] Y otra vez dice: Alegraos, gentiles, con su pueblo.
[11] Y otra vez: Alabad al Señor todos los gentiles, Y magnificadle todos los pueblos.
[12] Y otra vez dice Isaías: Estará la raíz de Isaí, Y el que se levantará a regir los gentiles; Los gentiles esperarán en él.
[13] Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.
[14] Pero estoy seguro de vosotros, hermanos míos, de que vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros.
[15] Mas os he escrito, hermanos, en parte con atrevimiento, como para haceros recordar, por la gracia que de Dios me es dada
[16] para ser ministro de Jesucristo a los gentiles, ministrando el evangelio de Dios, para que los gentiles le sean ofrenda agradable, santificada por el Espíritu Santo.
[17] Tengo, pues, de qué gloriarme en Cristo Jesús en lo que a Dios se refiere.
[18] Porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras,
[19] con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo.
[20] Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno,
[21] sino, como está escrito: Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de él, verán; Y los que nunca han oído de él, entenderán.
[22] Por esta causa me he visto impedido muchas veces de ir a vosotros.
[23] Pero ahora, no teniendo más campo en estas regiones, y deseando desde hace muchos años ir a vosotros,
[24] cuando vaya a España, iré a vosotros; porque espero veros al pasar, y ser encaminado allá por vosotros, una vez que haya gozado con vosotros.
[25] Mas ahora voy a Jerusalén para ministrar a los santos.
[26] Porque Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una ofrenda para los pobres que hay entre los santos que están en Jerusalén.
[27] Pues les pareció bueno, y son deudores a ellos; porque si los gentiles han sido hechos participantes de sus bienes espirituales, deben también ellos ministrarles de los materiales.
[28] Así que, cuando haya concluido esto, y les haya entregado este fruto, pasaré entre vosotros rumbo a España.
[29] Y sé que cuando vaya a vosotros, llegaré con abundancia de la bendición del evangelio de Cristo.
[30] Pero os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que me ayudéis orando por mí a Dios,
[31] para que sea librado de los rebeldes que están en Judea, y que la ofrenda de mi servicio a los santos en Jerusalén sea acepta;
[32] para que con gozo llegue a vosotros por la voluntad de Dios, y que sea recreado juntamente con vosotros.
[33] Y el Dios de paz sea con todos vosotros. Amén.