< S. Juan 7

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[1] Después de estas cosas, andaba Jesús en Galilea; pues no quería andar en Judea, porque los judíos procuraban matarle.
[2] Estaba cerca la fiesta de los judíos, la de los tabernáculos;
[3] y le dijeron sus hermanos: Sal de aquí, y vete a Judea, para que también tus discípulos vean las obras que haces.
[4] Porque ninguno que procura darse a conocer hace algo en secreto. Si estas cosas haces, manifiéstate al mundo.
[5] Porque ni aun sus hermanos creían en él.
[6] Entonces Jesús les dijo: Mi tiempo aún no ha llegado, mas vuestro tiempo siempre está presto.
[7] No puede el mundo aborreceros a vosotros; mas a mí me aborrece, porque yo testifico de él, que sus obras son malas.
[8] Subid vosotros a la fiesta; yo no subo todavía a esa fiesta, porque mi tiempo aún no se ha cumplido.
[9] Y habiéndoles dicho esto, se quedó en Galilea.
[10] Pero después que sus hermanos habían subido, entonces él también subió a la fiesta, no abiertamente, sino como en secreto.
[11] Y le buscaban los judíos en la fiesta, y decían: ¿Dónde está aquel?
[12] Y había gran murmullo acerca de él entre la multitud, pues unos decían: Es bueno; pero otros decían: No, sino que engaña al pueblo.
[13] Pero ninguno hablaba abiertamente de él, por miedo a los judíos.
[14] Mas a la mitad de la fiesta subió Jesús al templo, y enseñaba.
[15] Y se maravillaban los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe este letras, sin haber estudiado?
[16] Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió.
[17] El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta.
[18] El que habla por su propia cuenta, su propia gloria busca; pero el que busca la gloria del que le envió, este es verdadero, y no hay en él injusticia.
[19] ¿No os dio Moisés la ley, y ninguno de vosotros cumple la ley? ¿Por qué procuráis matarme?
[20] Respondió la multitud y dijo: Demonio tienes; ¿quién procura matarte?
[21] Jesús respondió y les dijo: Una obra hice, y todos os maravilláis.
[22] Por cierto, Moisés os dio la circuncisión (no porque sea de Moisés, sino de los padres); y en el día de reposo circuncidáis al hombre.
[23] Si recibe el hombre la circuncisión en el día de reposo, para que la ley de Moisés no sea quebrantada, ¿os enojáis conmigo porque en el día de reposo sané completamente a un hombre?
[24] No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio.
[25] Decían entonces unos de Jerusalén: ¿No es este a quien buscan para matarle?
[26] Pues mirad, habla públicamente, y no le dicen nada. ¿Habrán reconocido en verdad los gobernantes que este es el Cristo?
[27] Pero este, sabemos de dónde es; mas cuando venga el Cristo, nadie sabrá de dónde sea.
[28] Jesús entonces, enseñando en el templo, alzó la voz y dijo: A mí me conocéis, y sabéis de dónde soy; y no he venido de mí mismo, pero el que me envió es verdadero, a quien vosotros no conocéis.
[29] Pero yo le conozco, porque de él procedo, y él me envió.
[30] Entonces procuraban prenderle; pero ninguno le echó mano, porque aún no había llegado su hora.
[31] Y muchos de la multitud creyeron en él, y decían: El Cristo, cuando venga, ¿hará más señales que las que este hace?
[32] Los fariseos oyeron a la gente que murmuraba de él estas cosas; y los principales sacerdotes y los fariseos enviaron alguaciles para que le prendiesen.
[33] Entonces Jesús dijo: Todavía un poco de tiempo estaré con vosotros, e iré al que me envió.
[34] Me buscaréis, y no me hallaréis; y a donde yo estaré, vosotros no podréis venir.
[35] Entonces los judíos dijeron entre sí: ¿Adónde se irá este, que no le hallemos? ¿Se irá a los dispersos entre los griegos, y enseñará a los griegos?
[36] ¿Qué significa esto que dijo: Me buscaréis, y no me hallaréis; y a donde yo estaré, vosotros no podréis venir?
[37] En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.
[38] El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.
[39] Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.
[40] Entonces algunos de la multitud, oyendo estas palabras, decían: Verdaderamente este es el profeta.
[41] Otros decían: Este es el Cristo. Pero algunos decían: ¿De Galilea ha de venir el Cristo?
[42] ¿No dice la Escritura que del linaje de David, y de la aldea de Belén, de donde era David, ha de venir el Cristo?
[43] Hubo entonces disensión entre la gente a causa de él.
[44] Y algunos de ellos querían prenderle; pero ninguno le echó mano.
[45] Los alguaciles vinieron a los principales sacerdotes y a los fariseos; y estos les dijeron: ¿Por qué no le habéis traído?
[46] Los alguaciles respondieron: ¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!
[47] Entonces los fariseos les respondieron: ¿También vosotros habéis sido engañados?
[48] ¿Acaso ha creído en él alguno de los gobernantes, o de los fariseos?
[49] Mas esta gente que no sabe la ley, maldita es.
[50] Les dijo Nicodemo, el que vino a él de noche, el cual era uno de ellos:
[51] ¿Juzga acaso nuestra ley a un hombre si primero no le oye, y sabe lo que ha hecho?
[52] Respondieron y le dijeron: ¿Eres tú también galileo? Escudriña y ve que de Galilea nunca se ha levantado profeta.
[53] Cada uno se fue a su casa;