< S. Juan 2

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[1] Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús.
[2] Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos.
[3] Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino.
[4] Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora.
[5] Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere.
[6] Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificación de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros.
[7] Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba.
[8] Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron.
[9] Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo,
[10] y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta ahora.
[11] Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él.
[12] Después de esto descendieron a Capernaum, él, su madre, sus hermanos y sus discípulos; y estuvieron allí no muchos días.
[13] Estaba cerca la pascua de los judíos; y subió Jesús a Jerusalén,
[14] y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados.
[15] Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas;
[16] y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado.
[17] Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu casa me consume.
[18] Y los judíos respondieron y le dijeron: ¿Qué señal nos muestras, ya que haces esto?
[19] Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.
[20] Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarás?
[21] Mas él hablaba del templo de su cuerpo.
[22] Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron que había dicho esto; y creyeron la Escritura y la palabra que Jesús había dicho.
[23] Estando en Jerusalén en la fiesta de la pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo las señales que hacía.
[24] Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos,
[25] y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre.